14/4/10

Fragmento de"Farenheit 451" de Ray Bradbury.


¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto.

- Había una muchacha, ahí, al lado – dijo con lentitud -. Ahora, se ha marchado, creo que ha muerto. Ni siquiera puedo recordar su rostro. Pero era distinta. ¿Cómo… cómo pudo llegar a existir?
Beatty sonrió.
- Aquí o allá, es fatal que ocurra. ¿Clarisse McClellan? tenemos ficha de toda su familia, Les hemos vigilado cuidadosamente. La herencia y el medio ambiente hogareño pueden deshacer mucho de lo que se inculca en el colegio. Por eso hemos ido bajando, año tras año, la edad de ingresar al parvulario, hasta que, ahora, casi arrancamos a los pequeños de la cuna. Tuvimos varias falsas alarmas con los McClellan, vuando vivían en Chicago. Nunca les encontramos un libro. El tío tiene un historial confuso, es antisocial. ¿La muchacha? Es una bomba de relojería. La familia había estado influyendo en su subconciente, estoy seguro, por lo que pude ver en su historial escolar. Ella no quería saber cómo se hacía algo sino 
por qué. Esto puede resultar embarazoso. Se pregunta el porqué de una serie de cosas y se termina sintiéndose muy desdichado. Lo mejor que podía pasarle a la pobre chica era morirse.
- Sí, morirse.
- Afortunadamente, los casos extremos como ella no aparecen a menudo. Sabemos cómo eliminarlos en embrión. No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enseñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maiz produjo Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos “hechos” que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendran la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado. ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs y las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas, helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con los reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa, Prefiero un entretenimiento completo.


Fragmento de "Farenheit 451" de Ray Bradbury


2 comentarios:

Juani dijo...

¡Cuánta verdad hay en este fragmento! El miedo, el desinterés y el desprecio de quien no quiere entender al Universo, refugiándose en los pormenores de un mundo "moderno", sí, pero también ingenuo, superficial y trastabillante.
Aniquilar la mente de un hombre es tarea fácil: sólo basta contar una única verdad, y el resto estará hecho.
Muchos sugieren adaptarse, soportar y por qué no ignorar lo que suceda. Disfrutar el momento, no "hacerse la cabeza" por cosas que no tienen sentido. Qué simple es asegurarnos un lugar y observar.
Pero toda intriga nace para movilizar, la respuesta no aparece si antes no es acechada, ambas llegan para desafiar.
Y en el seno de la cuestión, las víctimas de la nada.
Atreverse a pensar...

Anónimo dijo...

Lo que importa es el relato, mientras éste exista no se podrán callar las voces. El relato lleva consigo la voz oculta de muchas personas.
Mili

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