El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor la usó para construir.
El campesino, cansado, la transformo en una silla y se sentó.
Para los niños, fue un jugete.
León Felipe la poetizó.
David mató con ella a Goliat.
Y Miguel Ángel la trnasformó en la más bella de las esculturas.
La diferencia no radica en la piedra, sino en el hombre.
31/5/10
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